Literatura Española del Siglo XVII

07.- GRACIÁN

2.- El criticón

2.1.- Orígenes del argumento

ABENTOFAIL (Guadix, 1110-1185): EL FILÓSOFO AUTODIDACTO

“Historia de Hayy Ibn Yaqzan” [Fragmentos y epígrafes significativos]

Posibilidad de que haya una región en el mundo, en la cual el hombre nazca por generación espontánea

Cuentan nuestros virtuosos antepasados (¡Dios se compadezca de ellos!) que hay una isla en la India, situada bajo la línea ecuatorial, en la cual nace el hombre sin madre ni padre, a causa de ser la temperatura de aquel lugar la más templada de la faz de la tierra y de resultar la mejor dispuesta para recibir los rayos de luz [de la región] más alta [...]
Algunos cortan la cuestión y resuelven diciendo que Hayy ibn Yaqzan es uno de los que han nacido en esta región, sin madre ni padre. Otros lo niegan, y cuentan la historia de ese asunto en la forma que te vamos a referir.

Opinión de los que creen a Hayy hijo de una princesa, que para evitar el deshonor se ve obligada a abandonarlo, arrojándolo al mar

Dicen que enfrente de esta isla en la que Hayy vivió, había otra, más grande, de playas extensas, de muchas riquezas y muy populosa, en la cual reinaba un hombre de carácter altanero y orgulloso. Este rey tenía una hermana, a quien impedía contraer matrimonio. Rechazaba todos los pretendientes, por no encontrar ninguno que le pareciera digno de ella. La joven tenía un vecino, llamado Yaqzan, con quien casó secretamente, según uso permitido por la religión dominante entonces en aquel país. Ella concibió de él y parió un niño. Y temiendo que se descubriese su deshonor y se revelase su secreto, colocó al niño (después de haberle dado el pecho) en una caja, cuya cerradura aseguró; salió con su preciosa carga al principio de la noche, acompañada de sus esclavas y personas de confianza, hacia la orilla del mar, llevando su corazón abrasado de amor hacia el niño y lleno de temor por su causa. Luego, se despidió de él diciendo: «¡Oh, Dios! Tú eres quien ha creado este niño, que no era nada; Tú lo has alimentado en lo profundo de mis entrañas y Tú te has cuidado de él hasta que ha estado acabado y perfecto. Temerosa de este rey violento, orgulloso y terco, yo lo confío a tu bondad, y espero que le concederás tu favor. Está a su lado y no lo abandones, ¡oh, el más piadoso de los piadosos!». Después arrojó la caja al agua. Una ola impetuosa la arrastró y la llevó, durante la noche, a la playa de la vecina isla, anteriormente citada.

Hayy, salvado en tierra, es recogido por una gacela

Explicación que dan los partidarios del nacimiento de Hayy por generación espontánea

Hayy es criado por la gacela y vive los primeros años entre estos animales

Observa Hayy las diferencias que tiene respecto de los demás animales, viéndose inferior a ellos

A la vez que todo esto, él miraba a los demás animales y los veía revestidos de pelo, de lana o de pluma; observaba su rapidez para la carrera, su fuerza y las armas de que estaban dotados para rechazar al que los persiguiese, como, por ejemplo, los cuernos, los colmillos, los cascos, los espolones, las garras. Luego, contemplándose a sí mismo, veía su desnudez, su falta de armas, su lentitud para la carrera, su poca fuerza respecto de los animales que le disputaban los frutos, que se los apropiaban en contra de su voluntad y le vencían en la lucha, sin que pudiese repelerlos ni escapar de ninguno de ellos. Veía también que a sus compañeros, los hijos de las gacelas, les salían cuernos que primeramente no tenían; que se volvían fuertes en la carrera, cuando antes eran débiles. Y en sí mismo no veía nada de esto; reflexionaba acerca de ello y no encontraba la causa. Y al no hallar en sí mismo ningún parecido con los animales, los juzgaba deformes o enfermos. Se puso a observar los esfínteres en los otros animales, y vio que estaban resguardados: el anal por las colas; el urinario por pelos o cosa parecida, además de que sus uretras estaban más ocultas que la de él. Estas observaciones le afligían y atormentaban.

A los siete años de edad, Hayy se viste con hojas de los árboles y emplea varas como armas en su lucha con los animales

Muerte de la gacela: Hayy trata de explicarse este fenómeno

Al llegar al tercer septenario de su vida, Hayy se había hecho vestidos, armas y choza y había domesticado ciertos animales

Dedica su atención a conocer el alma

Se confirma Hayy en su idea de la existencia de un autor incorpóreo

Hayy se ve entonces distinto de los demás animales

Hayy alcanza la visión intuitiva del ser necesario

Historia de Asal y Salaman

Cuentan que en una isla cercana a aquella en donde nació Hayy ibn Yaqzan, según una de las dos versiones relativas a su origen, habíase introducido una de las religiones verdaderas, derivadas de uno de los antiguos profetas (¡las bendiciones de Dios sean sobre ellos!). Era una religión que expresaba todos los seres reales por medio de alegorías que daban las imágenes de estas cosas reales y que fijaban así en las almas humanas sus significaciones, como es costumbre en el lenguaje destinado al vulgo. No cesó esta religión de extenderse por aquella isla, de fortalecerse y de manifestarse, hasta que su rey la abrazó e impulsó a la gente a que la adoptara.

Diversos criterios de Asal y de Salaman en punto a religión: aquél partidario del retiro; éste, de la vida social

Vivían allí dos jóvenes virtuosos y amantes del bien, llamados el uno Asal y el otro Salaman. Al conocer esta religión, la adoptaron de buen grado, dedicándose a cumplir todas sus leyes y aplicándose observar todas sus prácticas, para lo cual vivían juntos. Algunas veces se esforzaban por conocer el alcance de las palabras de esta religión que tratan de Dios (¡honrado y ensalzado sea!) y de sus ángeles, de la descripción de la resurrección y de los premios y castigos de la vida futura. De ambos, Asal era muy sagaz para penetrar en el sentido íntimo de las cosas, muy propenso a adivinar lo esotérico de las ideas espirituales y partidario de la interpretación alegórica; Salaman, al revés, prefería el sentido exterior, absteniéndose de la interpretación, del libre examen y de la especulación. Ambos eran, no obstante, celosos en el cumplimiento de las prácticas exteriores, en el examen de conciencia y en la lucha contra las pasiones. Tenía esta religión máximas que invitaban al retiro y a la soledad, dando a entender que en ésta se hallan la felicidad y la salvación, y otras que invitaban al trato y sociedad con los hombres. Asal se dedicó a buscar el retiro, prefiriendo las máximas que trataban de él, porque por naturaleza tendía a una continua meditación y a la busca de interpretaciones y de sentidos místicos de las ideas; y esperaba alcanzar en la soledad muchas de estas cosas. Salaman, por el contrario, inclinándose a las máximas que juzgan preferible el trato social, buscaba la compañía de los hombres, por su natural apatía hacia la meditación y el libre examen; según su opinión, la vida mundana permitía además fácilmente apartar las tentaciones, alejar los malos pensamientos y librarse de las sugestiones de los demonios. Tal divergencia de criterio fue causa de que ambos se separasen.

Asal se retira a la isla donde Hayy vivía

Asal había oído hablar de la isla en que se dice que había sido formado Hayy ibn Yaqzan; sabía de su fertilidad, sus productos, su clima templado, y esperaba que la soledad en esta isla lo llevaría a la satisfacción de su deseo. Decidióse, pues, a trasladarse a ella y a vivir allí alejado de la gente. Reunió todos sus bienes, alquiló con parte de ellos un navío que lo llevase a aquel paraje, y el resto lo repartió a los pobres; despidióse de su compañero, y surcó las olas del mar. Los marineros lo llevaron a la isla, dejándole en la playa, y partieron. Quedó allí Asal, adorando a Dios (¡honrado y ensalzado sea!), exaltándolo, santificándolo, meditando sobre sus santos nombres y acerca de sus atributos excelsos, sin que nada le interrumpiese el pensamiento, ni le turbase la meditación. Cuando tenía necesidad de alimentarse, comía frutas de la isla o algo de caza, para satisfacer el hambre. De esta manera pasó algún tiempo en la más completa felicidad y en la mayor intimidad con su Señor; en cada día se le mostraban sus beneficios, sus dones, sus regalos, y cómo le facilitaba la satisfacción de sus necesidades y su sustento, todo lo cual contribuía a fortalecer su viva fe y a consolar su corazón.
En este tiempo, Hayy ibn Yaqzan estaba completamente abismado en sus éxtasis sublimes y no abandonaba su cueva más que una vez a la semana para tomar el alimento que se le presentaba. Por esta razón, no lo descubrió Asal desde el primer momento; al contrario, había dado la vuelta a las playas de la isla y recorrido sus comarcas, sin ver hombre alguno ni descubrir sus huellas. Con esto se aumentó su alegría, ensanchándosele el corazón, puesto que se había decidido a llegar al último extremo en busca del retiro y de la soledad.


Encuentro de Asal con Hayy Ibn Yaqzan

Asal enseña a Hayy a hablar

Desea Hayy comunicar a los hombres la verdad

Hayy y Asal se trasladan a la isla gobernada por Salaman

Asal y Hayy vuelven a la isla desierta y continúan su vida mística

Si quieres leer el texto completo, aquí tienes el enlace:

http://www.filosofia.org/cla/isl/hayy02.htm

El texto de Abentofail se tradujo al latín en 1671, 20 años después de la edición del Criticón, y en tiempos de Menéndez Pelayo no existía traducción al castellano ni ejemplar alguno en España. En 1926 el arabista Emilio García Gómez descubrió un manuscrito en castellano anónimo, con letra aragonesa del siglo XVI de tema muy similar (Mª Jesús Lacarra en Orígenes de la novela. Estudios). Puedes leerlo pinchando abajo:

http://www.erbzine.com/mag18/dulcarnain.htm