GARCIA DE SALCEDO CORONEL (¿
-1651)
A UN ARROYO
Jan Wynants: Wooded Landscape (detalle, 1670)
En prisiones de hielo detenido
te viste un tiempo menos ambicioso;
ya libre, entre esmeraldas bullicioso,
cristales das al prado agradecido.
Acento dulcemente repetido
formas, cuanto agradable, si quejoso;
tu agravio solicitas presuroso
en las guijas que honoras ofendido.
Así adviertes del
tiempo la mudanza
y del que obedeciste prisionero
mormuras hoy en libertad ufano.
¡Ay de aquél que sin luz
de la esperanza
iguales siempre en su tormento fiero
el abril mira y el diciembre cano!
Puedes ver otros ejemplos
procedentes la antología dePablo Jauralde Pou (págs.205,
334)
LUPERCIO LEONARDO
DE ARGENSOLA (1559-1613)
DESCRIPCIÓN DE ARANJUEZ (226
versos) [Tercetos escritos a propósito
de la publicación del libro Aranjuez del alma (1589)
del agustino Fray Juan de Tolosa]
Hay un lugar en la mitad de España,
donde Tajo a Jarama el nombre quita,
y con sus ondas de cristal lo baña,
que
nunca en él la yerba vio marchita [Locus
amoenus]
el sol, por más que al etïope encienda,
o con su ausencia hiele al duro escita,
o que Naturaleza condescienda,
o que, vencida, deje obrar al arte,
y serle en vano superior pretenda.
Al fin jamás
se ha visto en esta parte
objeto triste, ni desnudo el suelo,
o cosa que de límite se aparte.
Contrarias aves
en conforme vuelo
los aires cortan y en iguales puntas
las plantas suben alabando al cielo.
Las fieras enemigas
aquí juntas
forman una república quïeta,
mezclándose en sus pastos y en sus juntas,
sin temer que el lebrel
las acometa,
o hiera el plomo con terrible estruendo,
o con mortal silencio la saeta.
Las fuentes
cristalinas, que subiendo
contra su curso y natural costumbre,
están los claros aires dividiendo,
rocían de los
árboles la cumbre,
y bajan, a las nubes imitando,
forzadas de su misma pesadumbre,
sobre las bellas
flores que, adornando
el suelo como alfombras africanas,
las están con mil lazos esperando...
CONDE DE VILLAMEDIANA (1582-1622)
SONETOS ITALIANOS - XCVI
En cunas de esmeraldas, de esta fuente
aljófar nace o fugitiva plata,
cuyas márgenes claras no dilata
en cuanto es su cristal adoleciente;
en undosa después firme creciente,
que de grillos de hielo se desata
sin llegar donde muere, nunca mata
la fatiga y la sed de su corriente.
¡Oh retrato,
oh espejo de la vida,
que en vanas plumas de sus fines vuela,
más engañada y menos advertida,
a donde la razón no se rebela,
siguiendo una lección apetecida
por quien ha de morir, por quien anhela!