Francisco Petrarca (1304-1374)
Sonetos
XII
Si mi vida del áspero tormento
y de afanes pudiera defenderse,
tanto que viera a causa de los años
palidecer, señora, vuestros ojos,
y volverse de plata el áureo
pelo,
y no usar verdes telas ni guirnaldas,
y perder el color aquella cara
que me lleva de miedo a lamentarme,
me dará al fin Amor tanta osadía
que yo os descubriré de mis martirios
cuáles fueron los años y las horas;
y si adverso es el tiempo a los deseos,
que a mi dolor al menos no le falte
algún socorro de suspiros tardos.
CCXCIX
¿Dó es ida aquella frente
que guiaba
mi corazón de aquesta parte a aquella?
¿Dó las cejas? ¿Dó l'una y otra estrella
que al curso de mi vida lumbre daba?
¿Dó es el valor y ser
que presentaba?
¿dó aquella risa y habla dulce y bella?
¿dó la belleza toda que hubo en ella
que acá y allá a su modo me llevaba?
¿Dó la sombra del rostro
soberano
que aire y reposo daba al alma mía,
registro eterno de mi pensamiento?
¿Dó, en fin, quien mi
vivir tuvo en sus manos?
¡Ay, mundo y ojos míos como siento
cuánto perdimos todos en un día!