Literatura Española del Siglo XVI

1.3.- Características del Renacimiento

1.3.3.- Antropocentrismo

Un ejemplo del antropocentrismo imperante en el Renacimiento lo constituye El cortesano (1528) de Baltasar Castiglione. En él se presenta la imagen de un cortesano perfecto, ejemplo del hombre armónico ideal en el Renacimiento. Una ojeada a los títulos de algunos capítulos de la obra lo pone de manifiesto:

Castiglione por Rafael

Libro I

Cap. I: "En que se da noticia de la nobleza de la casa y corte del Duque de Urbino, y cuán noble y valeroso señor fue el duque Federico, cuya nobleza y virtudes heredó el hijo llamado Guidubaldo, en cuya casa y corte pasaron todas las pláticas y materias que se tratan en este libro entre los cortesanos y damas de su palacio, y pone las causas dello."

Cap. II: "Cómo fue nombrado por Emilia dama, y confirmado por la Duquesa, el conde Ludovico de Canosa para que tomase el cargo de formar un perfecto Cortesano, el actual acató el cargo, y comenzando, dixo que lo primero que le pertenece al cortesano es ser de buen linaje." [...y "buena crianza" educación imprescindible]

Cap. III: "En el cual se prosigue la plática sobre lo del buen linaje, en que hay contradicciones y hermosas réplicas, añadiendo primero el Conde a su cortesano que sea de claro ingenio y gentil hombre de rostro y de buena disposición de cuerpo."

[no ser "mujeril", ni alto ni bajo, con habilidades en cabalgar, "jugar a las cañas", "en ser buen torero... se señale entre los españoles", en cazar, "no daña saber nadar", "tener habilidad en saltar, en correr, en tirar la barra. Porque, demás del provecho que todo esto hace en la guerra, suele algunas veces atravesarse alguna porfía o competencia en semejantes cosas, y el que entonces se muestra más hábil queda mejor, especialmente en la opinión del pueblo, al cual de necesidad ha de tener respeto el hombre que quiere vivir en el mundo". "no curar de muchos otros [ejercicios] que hay, como son voltear en el suelo y sobre una cuerda, y otras tales cosas que no son para hombres de bien"]

Cap. IV: "En el cual, concluyendo el Conde que el cortesano ha de ser de buen linaje, dice que le conviene ser diestro en el uso y exercicio de las armas, y que debe huir el alabarse dello, sobre lo cual hay entre los cortesanos diversas razones y réplicas."

Cap. V: "En que se prosigue la plática de los exercicios del cortesano. Y habiendo dicho el Conde en las pláticas pasadas que en todo lo que hiciere el Cortesano lo haga con buena gracia y aire que a todos agrade, hace una pregunta miser César Gonzaga sobre esta gracia. Sobre lo cual pasan hermosas razones y réplicas."

Cap. VI: "En el cual, prosiguiendo la plática, dice el Conde que en el hablar y en el escribir es muy importante aviso al perfeto Cortesano huir como de pestilencia la afectación, que es una tacha que desbarata y destruye totalmente el lustre de la buena gracia; el cual aviso se dio en el capítulo pasado por una generalísima regla. Y sobre esta materia del hablar y el escribir pasa gran disputa entre los cortesanos." [Los caps. VII y VIII continúan este mismo tema]

Cap. IX: "Como al perfeto Cortesano le conviene ser ornado y ataviado en el ánima como en el cuerpo, y qué ornato debe ser éste." [bondad, limpieza, saber latín y griego, escribir en verso y prosa, prudencia]

Cap.X: "Cómo al perfeto Cortesano le pertenece ser músico, así en saber cantar y entender el arte, como en tañer instrumentos diversos."

Cap.XI: "Que al Cortesano conviene tener noticia del pintar, y sobre este punto pasaron sotiles razones entre los cortesanos."

 

Puedes ahora comparar esta ideal educación masculina con la que se apunta en el libro III para la Dama y verás que no difiere mucho, aunque Castiglione señala que lo tiene más difícil:

 

Cap. I: "Cómo la Duquesa dio el cargo al Manífico Julián de formar una perfeta Dama con las calidades que la convienen, así como queda un perfecto Cortesano en lo ya platicado en los dos libros pasados, el cual, aceptándolo, comenzó su plática".

"las mismas reglas que son para el Cortesano son también para la Dama" según Pallavicino

Julián el Magnífico discrepa: "aunque algunas calidades sean comunes a entrambos, y tan necesarias al hombre como a la mujer, hay otras que convienen más a la mujer que al hombre, y otras que cuadran a los hombres, de las cuales las mujeres deben huir totalmente [...] porque muchas virtudes del alma son necesarias en la mujer como en el hombre, y así lo son también la nobleza del linaje, el huir la afetación, el tener gracia natural en todas las cosas, el ser de buenas costumbres, ser avisada, prudente, no soberbia, no envidiosa, no maldiciente, no vana, no revoltosa ni porfiada, no desdonada, poniendo las cosas fuera de su tiempo,, saber ganar y conservar el amor de su señora y de todos los otros, y hacer bien y con buena gracia los ejercicios que convienen a las mujeres. De la hermosura se ha de hacer otra cuenta, porque es mucho más necesaria en la Dama que en el Cortesano [...] Debe también ser más recelosa que no el hombre en lo que toca a su honra [...] Por eso tiene necesidad de guardar una cierta medianía difícil, y casi compuesta de contrarios [...] Así que no debe esta dama, por querer hacerse tener por muy buena y honesta, ser tan recogida y mostrarse tan enemiga de las compañías y pláticas algo sueltas, que hallándose entre ellas se aparte luego [...] Tampoco debe, por mostrarse desenvuelta y graciosa, decir palabras deshonestas, ni usar una familiaridad demasiadamente suelta [...]

[...]no convernía a una mujer ejercitarse en cosas de armas, ni menear un caballo, ni jugar a la pelota, ni luchar, ni hacer muchas otras cosas que son proprias solamente para los hombres.
Dijo entonces el Único Aretino: Solía usarse entre los antiguos luchar las mujeres desnudas con los hombres, pero nosostros, por nuestros pecados, hemos perdido esta buena costumbre juntamente con otras muchas.
Acudió a esto micer César Gonzaga, diciendo: Yo en mis días he visto mujeres jugar armas, y a la pelota, menear un caballo, ir a caza, y hacer casi todos los ejercicios que pudiera hacer un hombre
Pues que yo, respondió el Magnífico, tengo licencia de formar esta Dama a mi placer, no solamente no quiero que use esos ejercicios tan impropios para ella, pero quiero que aun aquellos que la convienen, los trate mansamente, y con aquella delicadeza blanda que, según ya hemos dicho, le pertenece"

Cap. II: "En el cual, prosiguiendo el Manífico Julián su plática en las calidades de la Dama, dice los exercicios que le competen, y cómo los debe usar; y también quiere que la Dama tenga noticia de letras, de música y del pintar, y otras muchas calidades, sobre lo cual pasan entre los cortesanos sotiles razones y réplicas."

"debe esta Dama tener buen juicio en escoger la manera del vestido que la haga parecer mejor [...] Asimismo, siendo un poco más gorda o flaca de lo que conviene, o siendo blanca o algo baza, es bien que se ayude con saberse vestir como mejor le estuviere; mas ésto halo de hacer tan disimuladamente, que cuanto más cuidado pusiere en curar su rostro y en traer su persona aderezada, tanto mayor descuido muestre en ello"
[Julián] "quiero que esta Dama alcance algún conoscimiento de aquello que estos caballeros han querido que sepa el Cortesano [...] tenga noticia de letras, de música, de pinturas; y sepa danzar bien, y traer, como es razón, a los que andan con ella de amores, acompañando siempre con una discreta templanza [...]
[Pallavicino] "El hombre, como vos mismo sabéis ser opinión de muy grandes filósofos, es comparado a la forma y la mujer a la materia [...] generalmente todas las mujeres desean ser hombres por un cierto instinto natural, que las guía a desear su perfición.
Respondió a esto el Manífico Julián: Las cuitadas no desean ser hombres por ser más perfetas, sino por alcanzar alguna libertad, y huir aquel señorío que los hombres malamente se han usurpado contra ellas"

Cap. III: "En el cual prosiguiendo más adelante el manífico Julián su plática, cuenta en defensión de las damas, algunos notables hechos que hicieron muy afamadas mujeres, y estos exemplos trae a consecuencia contra las razones del Frigio y de Gaspar Pallavicino".

Cap. IV: "Cómo después que en el capítulo precedente el manífico Julián ha traído muchos exemplos de los notables hechos de mujeres, en especial de la memorable señora doña Isabel, reina de España, agora en éste, tomando la mano en la plática miser César en defensión de las damas, tras otros muchos exemplos de afamadas señoras. "

Cap. V: "En el cual, concluyendo miser César en los enxemplos de ilustres mujeres torna el manífico Julián a proseguir su plática en las calidades de la Dama y dice cómo se ha de haber con el galán que la sigue de amores y muéstrale a saber amar." [En el cap. siguiente se continúa el mismo debate]

Cap. VII: "En el cual concluye su plática en formar la Dama perfeta con las calidades que le convienen, y da algunos avisos para que el Cortesano sepa traer secretos sus amores."

Traducción de Juan Boscán. Espasa Calpe