2.2.2.3.- La esposa vendida al diablo
2.2.2.3.5.- Libro de los Enxemplos,
CXCIX
Maria uxorem militis sibi devotam a diabolo
liberavit.
Mujer devota de la Virgen, en este siglo
Ella la libra del diablo e de periglo.
Un caballero muy poderoso e muy
rico sin discreción e gastador, vino en tanta pobreza, que
el que solía dar grandes cosas había ya menester algunas
pequennas. E este caballero tenía una mujer muy casta e mucho
devota a la Virgen María, e allegándose una fiesta
sollempne que aquel caballero solie dar muchos dones, no teniendo
ya que dar, con grand verguenna fuese a un logar desierto llorando
fasta que pasase aquella fiesta por llorar su mala ventura e excusar
la verguenna: e estando él allí muy triste llegó
a él un caballo muy espantoso en que vinía un caballero
mucho más espantable, e preguntóle qué era
la razón por que estaba tan triste, e él contóle
su pobreza e todo lo que le acaeciera. El caballero le dijo: “Si
tú me quieres obedecer en poca cosa, e fecieres lo que te
yo mandare, yo faré que hayas mayor gloria e muchas más
riquezas que ante habías.” El caballero otorgó
a éste, que era príncipe de las tinieblas, que faríe
todo cuanto él le mandase si compliese lo que le prometía.
E luego el diablo díjole: “Ve a tu casa, e en tal
logar fallarás muy mucho oro e mucha plata e muchas piedras
preciosas, e tú que me prometas de traer a tu mujer por atal
día aquí.” E sobre tal condición
e prometimiento, el caballero tornóse para su casa e cató
el aquel lugar que el diablo le dijera, e falló verdad todo
lo que le habíe dicho. Del oro e plata que falló compró
muchos palacios e muchas heredades, e muchos surcos, e daba muchos
dones; e allegándose el día que habíe propuesto
con el diablo, llamó a su mujer e díjole: “Aparejadvos
e cabalgad, ca conviene que vayades conmigo a un lugar luenne de
aquí.” E ella, con miedo e temor, non osó
contradecir al mandamiento de su marido, e encomendóse devotamente
a la Virgen María, e comenzóse ir con su marido;e
habiendo ya andado grand parte de las jornadas, fallaron en el camino
una iglesia, e ella decendió del caballo e entró en
la iglesia, e el marido quedó de fuera. E ella, encomendándose
a la Virgen María, adormecióse; e la Virgen decendió
del altar, e en la cara e en las vestiduras semajable a la duenna,
salió fuera e cabalgó en el caballo en que ella venía.
El marido, pensando que era su mujer, fueron su camino; e de que
llegaron al logar onde había prometido, heos venía
el príncipe de las tinieblas con muy grand roido. E allegando
cerca hobo grand temor e miedo, e non osó llegarse, e dijo:
“¡Oh caballero más falso que todos los homes,
¿por qué me engannaste e por tantos bienes que te
yo fice tales cosas me diste? Ca yo te dije que me trayeses a tu
mujer e tú traísteme la madre de Dios, e yo quería
a tu mujer, e tú traísteme a María. Ca tu mujer
me ha fecho muchas injurias e yo me quería vengar della,
e tú traísteme a ésta para que me atormente
e me envíe al infierno.” Oyendo esto el marido,
maravillándose muy mucho, con grand temor, non osaba nin
podía fablar. E la Virgen María dijo: “¡Oh
spíritu lleno de maldat!¡por cual locura te atreviste
a enojar la mi devota; ahe non irás sin pena! E mándote
que deciendas al infierno, e de aquí adelante nunca puedas
aparecer a cualquier que devotamente me llamare.” El
diablo, con grandes lloros e roidos, fuese. El caballero decendió
del caballo e echóse a los pies de la Virgen; ella reprendióle
e mandóle que se tornase para su mujer que aún dormíe
en la iglesia, e que lanzase de sí todas las riquezas que
el diablo le habíe dado. Cuando tornó, falló
a su mujer dormiendo, e despertóla e contóle lo que
le acaesciera; e de que tornaron a su casa echaron de sí
todas las riquezas que les habíe dado el diablo, e venieron
después en alabanza de la Virgen María, la cual les
dio muchas más riquezas que ante habíen.
Biblioteca de Autores Españoles, LI