MASTER EN LITERATURA COMPARADA EUROPEA

El cuento europeo y España

02.- El exemplum y el milagro europeos

2.2.2.- Otros milagros de interés

2.2.2.2.- El caballero y las tres misas

2.2.2.2.1.- Jacques de Voragine: Legenda sanctorum

LA NATIVIDAD DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA


[Caballero suplantado por la Virgen]

2. Un caballero muy valiente y muy devoto de la Bienaventurada Virgen María, yendo en cierta ocasión a una ciudad para participar en un torneo, vio un monasterio a la vera del camino y, al advertir que estaba dedicado a Nuestra Señora, entró en su iglesia para oír misa. La oyó, y oyó otra que comenzaba inmediatamente después de la que acababa de oír, y oyó una tercera y varias más, porque, llevado de su amor a la Virgen María, decidió asistir a todas cuantas en cadena aquella mañana se celebraban en la susodicha iglesia. Concluida la última de ellas salió del templo, y a toda prisa se dirigió a la ciudad en la que las justas habían de celebrarse. Poco después de que reanudara su marcha se encontró con otros caballeros que regresaban del ya terminado torneo, los cuales al verle y reconocerle le felicitaron por el arrojo y denuedo con que había combatido durante la competición. Más adelante se cruzó con otros, y también éstos le saludaron y dieron sus parabienes por la pericia y valentía de que había dado pruebas en las justas recién terminadas. Prosiguió él su camino, y al llegar a la ciudad, la multitud que había asistido al espectáculo, al verle, prorrumpió en aclamaciones de entusiasmo, e incluso fue homenajeado por varios contendientes que se presentaron ante él y le dijeron:
—Puesto que nos has vencido, tienes derecho a hacer con nosotros lo que te pareciere.
Entonces cayó en la cuenta de lo que había sucedido: la Reina soberana del cielo con exquisita cortesía había correspondido a la devoción que su siervo hacia ella sentía, haciendo que, mientras él oía en su honor la larga serie de misas, alguien, milagrosamente, asumiera su figura y su aspecto y le reemplazara en el torneo. Conmovido por este singular favor, tras hacer saber a quienes le felicitaban y aclamaban lo que aquella mañana había ocurrido, regresó al monasterio y en él se quedó, y pasó el resto de su vida consagrado al servicio del Hijo de la Santísima Virgen.


Alianza 1995