2.2.2.1.- Margarita la tornera
2.2.2.1.4.- Libro de los
Enxemplos, CCXII [ligera variante]
Maria devotis suis impedit ne incidant in
peccatum.
La Virgen María es mucho de honrar
Que a los sus devotos guarda de pecar.
Una monja, sacristana de un monesterio,
queriendo ir una noche a un mancebo que amaba, pasando por ante
el altar de la Virgen, muy devotamente dijo el Ave María;
e llegando a la puerta de la iglesia non podía fallar la
cerradura; mas vio una mano que tocaba el cerrojo, e dejó
de buscar la cerradura, e oyó una voz que le dijo: “¡Oh
mi fija! ¿por qué quieres foradar la mi mano? Fija,
tórnate a tu lecho, e non quieras ir más adelante.”
Ella, oyendo esta voz de la madre de piedad, fue muy arrepentida
e contricta de todo su corazón; e mudada del mal propósito,
fue muy devota a Dios e a la Virgen María.
Biblioteca de Autores Españoles, LI