MASTER EN LITERATURA COMPARADA EUROPEA

El cuento europeo y España

02.- El exemplum y el milagro europeos

2.2.2.- Otros milagros de interés

2.2.2.1.- Margarita la tornera

2.2.2.1.3.- Castigos e documentos del rey don Sancho el Bravo

CAPÍTULO XVIII.-Que fabla de cómo non bebe home facer pesar a Dios con mujeres con que non debe et o non debe.

Mío fijo: por amor de Dios te rruego e te castigo que te guardes de non facer pesar a Dios en pecados de fornicio, e entre todo lo ál te guarda señaladamente de non pecar con mujer de orden, nin con mujer casada, nin con mujer virgen, nin con judía, nin con mora, que son mujeres de otra ley e de otra creencia. Et por ende te quiero agora contar en cuántos males caerías, si pecares en cada uno destos logares. E primeramente te digo que la mujer de orden casada es con Dios...
Non te atrevas a desfacer los fechos de Dios; e porque veas cuánto pesa a Dios e por cuán mal tiene quien la mujer suya de orden le tuelle , contarte-he un miraglo muy bueno e muy fermoso que el Nuestro Señor Jesucristo fizo en esta rrazón, e por rruego de Santa María, su madre.

Hay un monesterio de monjas, el cual es llamado Fontenblay, e este monasterio es de los rreys de Inglaterra, ca ellos lo fecieron, e es de monjas negras de Sante Benito, e ha y muy grand compaña dellas. Et acaesció así, que entre todas las otras monjas de aquel monesterio había y una que era mujer de muy buen linaje e muy niña e muy fermosa, e habíe por costumbre que cada que pasaba ante la imagen de Santa María fincaba los hinojos ante ella, e saludábala por aquellas palabras que la saludó el ángel deciendo Ave María. E sin esto era ella muy buena cristiana e teníe muy bien su orden, en guisa que eran todas las otras muy pagadas della. Et acaesció así por el diablo, que suele ordir e tejer estas cosas, que un caballero de aquella tierra, el cual era muy mancebo e mucho apuesto e bueno de armas e en caballerías e de muy noble linaje, hobo de enamorarse de aquella monja; e tanto le entró el amor en el comienzo, que se moríe por ella, e hobo de buscar manera porque le podiese mostrar el corazón que tenía contra ella, e fízose su pariente e fue a fablar con ella. Las otras monjas, que así le vieron fablar con ella,cuidaron que fablaban en manera de parentesco, e non en otro mal. ¿Qué te diré más? Hobo el diablo a descobrir el mal rrecaudo con que andaba, e el diablo, destorbador e contrario en los bienes de Dios que lo metiera al caballero en el corazón, fizo a ella que consintiese en ello, e posieron de so uno en cómo se fuese ella del monesterio con él, e posiéronlo en la manera como se feciese. Et la manera fue esta: que a la noche que veniese el caballero a las paredes del huerto que era cerca del monesterio, e ella que saliese a él e que se fuesen amos de so uno. Et cuando vino la noche, que fueron las monjas decir sus completas a la iglesia, tornóse aquella monja que estaba y presta para complir el consejo que el diablo le diera, e a furto de las otras fue a abrir un postigo pequeño que y habíe, por do saliese de la iglesia, por tal de non ir con las otras a echarse en el dormitorio. Et desque aquella mezquina de monja vio que todas las otras eran asosegadas ya para dormir, e que era llegada la hora que ella posiera con el caballero que había de venir por ella, salióse de aquel logar en que estaba escondida e fuése para el altar mayor, e fincó los hinojos e dijo su Ave María, así como había costumbrado de lo facer. Desí fuese por medio del coro contra el postigo por do había de salir, por delante del Crucifijo de Nuestro Señor que estaba alto sobre el coro; e la imagen de Santa María que estaba en el Crucifijo, cuando la vio ir comenzó a dar grandes voces e a decir: -"¿Para dó vas, mezquina de mujer? ¿Dejas a mí e al mío fijo por el diablo, e desprecias la oración que me solías facer?"
A estas voces que la imagen de Santa María daba, saltó el Crucifijo de la cruz en tierra, e comenzó a ir corriendo por medio de la iglesia en pos la monja, levando los clavos en los pies e en las manos con que estaba pegado en la cruz; e antes que la monja osase salir por el postigo, alzó el Crucifijo la mano derecha e dióle muy grand golpe con el clavo en la mejilla, en guisa que toda la manzana del clavo se metió por la una mejilla e sacógela por la otra. Desta ferida que el Crucifijo le dio cayó en tierra la monja por muerta, e así yogó fasta otro día en la mañana, que nunca entró en su acuerdo . Et en esta guisa se partió la mala obra que ella quería facer que non se fizo; e el Crucifijo, desque este golpe hobo fecho, tornóse a la cruz, bien como ante estaba, salvo ende el brazo derecho con que dio la ferida, que siempre lo tovo en aquel estado en que lo tenía cuando la ferida le dio, e hoy día lo tiene así por testimonio de lo que fizo; e el clavo con que dio la ferida fincó en las quijadas de la monja. E cuando fue otro día en la mañana, estando las monjas en maitines pararon mientes al Crucifijo e vieron el brazo en cómo estaba, e cuidaron que se le quebrantaran, o que algunt loco lo feciera por mal facer. Et andando catando la iglesia si estaba y alguno que tal feciese, fallaron la monja ó yacía tendida por muerta en tierra con el clavo del Crucifijo travesado por las mejillas. El abadesa e las monjas, cuando lo vieron, maravilláronse mucho qué era aquello, que dueña que ellas teníen por tan buena estoviese de aquella guisa; e maravilláronse del clavo del Crucifijo que le conocíen, que le víen así tener, e non podían asmar qué era o por qué fuera. Et ellas, estando en esta tan gran dubda, oyeron una voz grande que les dijo:
-"Tomad allá vuestra monja e alzalda por las manos de tierra do yace; ca así la escarmentó el Crucifijo por el pesar que ella queríe facer a Jesucristo e a Santa María, su madre".
E desque las monjas la hobieron levantada de tierra, e le tiraron el clavo que teníe metido por las quijadas, e ella entró en su acuerdo como de primero, la mezquina pecadora, llorando mucho de los ojos e rrepintiéndose mucho de sus pecados, contóles todo el su mal como pasara, e por qué cayera en el majamiento de Dios. Et desque todo lo hobo contado, fueron todas con ella fasta el altar deciendo: Miserere mei Deus, e pidiendo merced a Nuestro Señor e a Santa María, su madre, que la perdonase. Et de allí adelante fue ella muy buena dueña e muy santa, e acabó muy bien su tiempo en su monesterio en servicio de Dios. ¿Qué te diré más? El caballero que la habíe de llevar del monesterio, vino a aquella hora que pusiera con la monja a aquel logar que ella le dijera, armado, encima de un caballo, e con él cuatro de sus parientes bien armados, e traíe un palafrén ensillado en que la levasen. Et estando allí toda la noche esperando cuándo saldría ella, non quiso Dios que lo ella podiese facer, segund ya oístes. Et desque el caballero vio que el día era claro e que lo veríen los homes e seríe decobierto, fuese su vía quejándose mucho en el corazón, e teniendo que había sido de la monja escarnido. Et así como el diablo de primero guisara que se acordasen el corazón del caballero e de la monja de so uno, para facer amos mal de su facienda, Nuestro Señor Jesucristo, que siempre fue e es contrario del diablo e de las sus obras, desvió e desfizo todo lo que el diablo había fecho; ca la monja partió su corazón dél por castigo de Dios, e el caballero partió su corazón del amor della, teniéndose por escarnido de lo que le contesciera. Et demás que este miraglo fue sonado por toda la tierra, desque él lo sopo non lo pudo creer, e por tal de ser ende más cierto, fue al mismo monesterio por saber el fecho, e desque falló la verdat de cómo contesciera, tóvose por muy pecador a Dios, e rrepintióse mucho de todos los pecados que había fecho, e dejó el mundo e metióse monje, e servió muy bien a Dios, acabando muy bien su tiempo.
Agora, mio fijo, ¿qué te puedo yo más en esta razón decir nin castigar de cuanto este miraglo te castiga? Mas para mientes en el tu corazón, cuando el Crucifijo e la imagen de Santa María, que son imágenes de fuste fechas por mano de home, e mudas que non fablan, tanto se sintieron de tal fecho como este que desuso es contado, ¿cuánto es mayor e más grande sobre esto el sentimiento que Dios e Santa María dello hobieron? Por ende, non quieras tomar a Dios lo que es suyo e non es tuyo.

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