MASTER EN LITERATURA COMPARADA EUROPEA

El cuento europeo y España

01.- Pedro Alfonso, el primer español autor de cuentos "europeo".

La disciplina clericalis en Europa
 

Cuento II.- El amigo íntegro

01.-LIBRO DE LOS ENXEMPLOS Y DISCIPLINA CLERICALIS

Dixo el fijo a su padre: «—¿Viste algund omne que oviese amigo complido e entero?» Díxole el padre: «—Non lo vi, mas oylo.» E dixo el fijo: «—Pues cuéntamelo, e sy por aventura podría yo ganar vn tal amigo.» E dixo el padre:

«—Fueme rrecontado de dos mercaderes, vno de Egipto, otro de Baldac, que por sola la fama e la oyda se conoscieron e por menssajeros se escriuían para las cosas que avían menester. E acaesció que el mercader de Baldac, ovo de yr en mercadería a Egipto, e quando lo sopo el egipçiano que venía, salió al camino a él a rrescebirlo e rrescebiólo en su casa, con gran alegría e seruiólo con todas las cosas, segund es costumbre de los amigos. E estouo ansí ocho días e mostróle todas las cosas que en su casa tenía, e a cabo de los ocho días adolesció, e el su amigo ouo grand dolor e llamó a todos los físicos que lo viessen e curassen dél. E los físicos temptáronle el pulsso vna e dos e tres vezes e vieron la orina e non conoscieron en él enfermedat alguna. E por quanto non fallaron enfermedat corporal en él, entendieron que era de amor aquella enfermedat. E quando el su amigo lo sopo, vino a él e díxole que sy avía alguna mugier en su casa que él amase. E el enfermo díxole: «—Muéstrame todas las mujieres de tu casa, e ssy ende alguna fuere, yo te lo diré. E luego mostrógelas todas las que bien cantauan e las moças que seruían, e dixo que non le aplazía ninguna dellas. E est mercader tenía una moça noble, la qual avia criado en su cassa luengo tiempo para la tomar por mugier e mostrógela. E el enfermo viéndola, dixo: «—Por ésta es mi muerte e por ésta es mi vida.» E luego el su amigo diógela por mugier con todas las cosas que él avía de rrescebir con ella e con todas las otras cosas que él le avía de dar si con ella casara. E esto así fecho e tomada su mugier con todas las cossas que con ella le dieron, e acabada su mercadería, boluiosse a su tierra.

E después acaesçió que este egipciano, que avía fecho todas estas cosas por el de Baldac, perdió quanto tenía, e venido a grand pobreza pensó entre ssí de yr a Baldac a aquel su amigo para que le acorriese e ouiesse compassión dél. E con la mala rropa e con fanbre tomó su camino para Baldac e llegó allá grand parte pasada de la noche. E por vergüença non fue a la casa de su amigo, ca ouo vergüença que si por ventura por non lo conoscer que non le rescebería en su cassa a tal tiempo. E entró en vn templo por estar allí aquella noche. E estando ansí muy cuytado e pensando entre sy muchas cosas, acerca de aquel templo en la çibdat encontráronse dos omnes e el vno mató al otro e fuyó. E muchos de la çibdat, oyendo el rroydo, venieron allí e fallaron aquel muerto, e demandando quien lo avía fecho e fallaron a aquel mercader egipciano. E demandáronle que quién avía muerto aquel omne. E él rrespondió: «—Yo lo maté», que cobdiciaua escapar de la pobreza por la muerte. E prendiéronlo e leuáronlo a la cárcel. E otro día trayéronlo ante los juezes e condepnáronlo a la muerte e leuáronlo a la forca e muchos desta cibdat salieron a ver esta justiçia, entre los quales salió su amigo, por el qual veniera a aquella çibdat, e él acatando, cognosció que era su amigo de Egipto, e acordándose de los bienes que le feziera en su casa e que después de su muerte non le podría dar galardón por ellos, propuso en su voluntad de rrescebir la muerte por él, e a grandes bozes dixo: «—¿Porqué condenáys este ynnocente e dónde lo leuays?, que non meresce muerte, ca quel omne yo lo maté.» E luego tomáronle e leuáronlo a la forca e asoluieron al otro de la muerte. E aquel que lo avía muerto yva entre la gente e pensando entre sí: «Yo maté este ome e este ynnoçente es condepnado a la muerte, e yo que lo fize estó libre, ¿qué razón es desta injusticia?, e non sé otra cosa saluo que sea sola paçiençia de Dios. Empero Dios es justo joez que non dexa ningund pecado syn pena; pues assy es, porque non me [dé] más duras penas después desta vida, quiero manifestarme que yo fize este pecado e por la muerte pagaré lo que fize.» E dixo: «—Yo lo fize, dexat aqueste, que non ha culpa.» Los joezes marauilláronsse mucho e ataron aqueste e dexaron al otro, e dubdando del juyzio leuaron aqueste e los otros dos que eran ya sueltos de la muerte ante el Rey e contáronle todas las cossas commo avían acaesçido, e él esso mesmo dubdó e de consejo de todos perdonó a todos tres con condición que le dixiessen la razón deste delito. E luego cada vno dellos declaró su razón. E ellos asy sueltos, el amigo, que se ofresció a la muerte por su amigo que lo veniera a ver, leuólo a su casa e fízole mucha honrra e díxole: «—Sy tú aquí quieres estar, todas las mis cossas sean tuyas e mías, e ssy quisieres yr a tu tierra, tanto quanto yo tengo partámoslo por medio.» E assy rrescebió la meytad de lo que tenía su amigo, e luego tornósse a su tierra.
E todas estas cossas assí recontadas, dixo el fijo al padre: «— Apenas o nunca podría ser fallado, tal amigo»

(B.A.E.Tomo LI)