MASTER EN LITERATURA COMPARADA EUROPEA
El cuento europeo y España
01.- Pedro Alfonso, el primer español autor de cuentos "europeo". La disciplina clericalis en Europa
Ifigenia. ¡Escuchad! Acaba de ocurrírseme ahora el siguiente razonamiento, pues andaba afanándome por algo que aprovechase a mí y a vosotros, extranjeros. Estas cosas suceden así, sobre todo cuando un mismo asunto está de acuerdo con el interés de todos. (Dirigiéndose a Orestes.) ¿Estás dispuesto, si te perdonase la vida, a ir a Argos, dar noticias mías a mis seres queridos de allá y llevarles una tablilla que me escribió un cautivo que de mí se compadeció, ya que creía que no era mi mano la que lo mataba, sino que moría a manos de la ley de una diosa que consideraba que tales actos eran justos? No he tenido quien, de regreso a Argos sano y salvo, me llevase estas noticias, que enviase mis cartas a alguno de mis amigos. Tú, en cambio, ya que eres, según parece, hombre de no bajo linaje y que conoces Micenas y a mis seres queridos, ve allá y salva tu vida cobrando una recompensa nada vergonzosa: tu salvación gracias a una cartita del nada. (Señalando a Pílades.) Éste de aquí, por su parte, como la ciudad impone esta obligación, que se separe de ti y que sea el sacrificado en honor de la diosa. Orestes. Bien has hablado en todo excepto en una sola cosa, pues sacrificar a mi amigo supone para mí una gran carga. Yo soy quien dirige esta expedición y él me acompaña en mi viaje a causa de mis penas. Así pues, no sería justo que yo aceptase este favor para mi beneficio a costa de su muerte, y que me escapase del mal. Al contrario, que sea así: dale a él la tablilla. La llevará a Argos tal como deseas. A mí que me mate quién quiera. Lo más vergonzoso es arrastrar a un amigo a situación peligrosa y salvarse uno mismo. Y se da la casualidad de que éste es un amigo al que quiero no menos que el contemplar la luz. Ifigenia. ¡Oh resolución excelente! ¡Qué nobles son las raíces de las que procedes, recto amigo de tus amigos! ¡Ojalá fuese de tu grandeza el que queda de mis hermanos! Pues sí, yo también tengo un hermano, extranjero, aunque no lo vea. Como así lo quieres, enviaré a éste para que lleve la tablilla y tú morirás".
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