A.1.2.-
Textos literarios
Ovidio (43 a.C.-17 d.C.).- Tristes,
Libro 1, II
Dioses de mar y cielo, ¿qué
me resta sino acudir a los votos? No acabéis de destrozar
mi nave quebrantada, ni confirméis, os lo suplico, la
cólera del gran César. Contra la persecución
de un Dios, otro nos presta muchas veces auxilio.[...]
Mi fiel esposa no se conduele más
que de verme desterrado; es el único de mis trabajos
que conoce y llora. No sabe que me veo perdido en la inmensidad
del Ponto, que soy juguete de los vientos y que veo próxima
la muerte. Los dioses me aconsejaron bien no permitiendo que
se embarcara conmigo: hubiese pasado la amargura de sufrir dos
veces la muerte; mas ahora, si yo perezco, como ella no peligra,
sobreviviré a lo menos en la mitad
de mi ser.[...]