01.- Pedro Alfonso,
el primer español autor de cuentos "europeo".
La disciplina clericalis
en Europa
Cuento XVII.- La serpiente de oro
02.- LIBRO DEL YSOPET.- FÁBULAS
COLLECTAS DE ALFONSO E DE POGIO E DE OTROS. (Traducción
de La Disciplina)
La IIII.- Sentencia de la
pecunia fallada.
Vn mercader rico, andando por vna
cibdad perdió vn saquillo con mill florines en vna calle, el
qual falló vn ombre pobre e lo leuó para su casa, e
lo dio a guardar a su muger, la qual con alegría e gozo dixo:
-Lo que a mí viniere, non echaré fuera si el Senyor
nos dio estos bienes; guardémoslos.
Otro día seguiente pregonóse por la cibdad de cómo
vn ombre avía perdido mill florines e que prometió el
dueño cient florines del fallazgo al que los restituyesse.
El ombre que falló los florines dixo a la muger:
-Tornemos estos mill florines e avremos cient florines sin pecado
e cargo, los quales bien ganados más nos prouecharán
que todos mill con mál título.
E avnque la muger por todas maneras quisiera retenerlos, empero a
su pesar della el marido restituyó los mill florines, e pidió
el fallazgo de los cient florines. Mas el rico desque vio sus mill
florines en poder suyo, dixo al pobre:
-Avn no me has tornado todo lo que fallaste, por quanto faltan quatrocientos
florines, y trayéndomelos tú, yo soy presto de te pagar
tus cient florines.
Mas afirmaua el pobre que no avía fallado más de aquellos
mill florines. Sobre lo qual contendiendo se fueron ante el rey, en
cuyo poder depusieron los florines todos. E fue demandado por el rey
que fuesse examinada e determinada por vn philósofo esta questión,
el qual de llamaua Ayuda-de-los-pobres, ante quien fue propuesta la
petición e respuesta de la causa. El juez, mouido de piedad,
dize al pobre:
-Dime la verdad, si alguna cosa tienes que pertenesca a este rico
ombre o si le has restituydo todo lo que era suyo.
Respondió el pobre:
-Sabe Dios que restituy todo quanto fallé.
Entonces dixo el philósofo:
-Este ombre es rico e de grand crédito, e muchos testimonios
trahe, ni es de creer que demandasse sinon lo justo e aquello que
realmente oviesse perdido, e pues afirma con juramento que ha perdido
mill e quatrocientos florines, de creer es que dize la verdad. Item
este otro ombre haunque sea pobre, es de buena fama, al qual non menos
se deue creer, mayormente aviendo restituydo estos mill florines,
los quales pudiera retenes si quisiera encargar su ánima, e
lo afirma tanbién con juramento aver restituydo todo lo que
falló. Por ende, muy alto rey, mi juyzio es que tal sentencia
deue ser pronunciada: que se guarden en depósito estos mill
florines, de los quales se den ciento a este pobre. Porque bien paresce
que estos mill florines non son los que perdió este ombre honrrado,
pues jura que perdió mill e quatrocientos. E paresciendo aquel
que los perdió, serán para él guardados. E si
por ventura alguno fallare los mill e quatrocientos florines que dize
aver perdido este ombre rico, aquellos se mandarán restituir
a éste.
Esta sentencia plugo al rey e a todos los que eran presentes. Dada
esta sentencia, el rico con grand arrepentimiento del engaño
que cometió, pidió e supplicó misericordia del
rey diziendo:
-O muy alto príncipe, ave misericordia e merced de mí;
yo conosco mi pecado e engaño que cometí, e quiero conoscer
la verdad. Por cierto estos mill florines son míos, mas yo
quería defraudar a este pobre, por non le dar los cient florines
que le prometí
El rey, vsando de clemencia, mandó que le fuessen tornados
los mill florines, de los quales dió ciento al que los falló.
E assí fue librado de la falsa demanda del rico este pobre
con ayuda del justo e buen juez.
Fábulas de Esopo.
Facsímil de la 1ª edición de 1489. R.A.E. 1929