04.- FÁBULAS COLECTAS de Esopo
Nº 5.- Tres compañeros
de los cuales los dos eran mercaderes y ciudadanos, y el tercero
aldeano, por causa de devoción iban en romería a
la casa de Meca. A los cuales faltó la vianda en el camino,
de manera que no tenían cosa de comer, salvo una poca de
harina que solamente bastaba para hacer de ella un bien pequeño
pan. Los burgueses engañosos, viendo esto, dijeron entre
sí:
- Poco pan tenemos, y este nuestro compañero es gran comedor;
por ende es necesario que pensemos cómo sin él comamos
este poco de pan.
Y amasado el pan, y puesto a cocer, los mercaderes, buscando manera
para engañar al rústico, dijeron:
- Durmamos todos, y aquel que viere más maravilloso sueño
entre todos tres coma el pan.
Concertada y consentida esta composición entre ellos, echáronse
a dormir. El aldeano, entendiendo el engaño de los compañeros,
sacó el pan medio cocido y así lo comió solo
y tornó a dormir. Dende a poco el uno de los mercaderes,
como espantado de un maravilloso sueño, se comenzó
a levantar, al cual preguntó el compañero:
-¿Por qué te espantas?
Respondió él:
- Soy espantado y pavorecido por un maravilloso sueño.
Parecíame que dos ángeles, abriendo las puertas
del cielo, me llevaban ante el trono del señor Dios con
gran gozo.
Dícele el compañero:
- Maravilloso sueño es ese, mas yo he visto otro más
maravilloso, porque yo vi dos ángeles que me llevaban por
tierra firme al infierno.
El aldeano, oyendo todo esto, hacía que dormía,
mas los ciudadanos, queriendo acabar su engaño, despertáronlo,
y el rústico arteramente, como espantado, respondió:
-¿Cuáles son estos que me llaman?
Ellos le dicen:
- Tus compañeros somos.
Él les preguntó:
-¿Cómo vos volvisteis?
Responden:
- Nunca nos partimos de aquí: ¿cómo hablas
de nuestra tornada?
Dijo el rústico:
- Parecióme que dos ángeles, abriendo las puertas
del cielo llevaron al uno de vosotros ante el señor Dios,
y al otro rastrando por tierra al infierno; y pensé que
nunca acá volviésedes, como hasta aquí no
he oído que alguno haya tornado del paraíso ni del
infierno; y así me levanté y comí el pan
solo.