02.- LIBRO DEL YSOPET.- FÁBULAS
COLLECTAS DE ALFONSO E DE POGIO E DE OTROS. (Traducción
de La Disciplina)
La V.- De la fe o
engaño de los tres compañeros.
Muchas vezes cahe el ombre
en el lazo que arma a otro segund se contiene en esta fábula.
Tres compañeros de los quales los dos eran mercederes
e cibdadanos, el tercero aldeano, por causa de deuoción
yuan en romería a la casa de Meca, a los quales faltó
la vianda en el camino, de manera que non tenían otra
cosa de comer, saluo vna poca de farina que solamente bastaua
para fazer della vn pequeño pan. Los burgueses engañosos
viendo esto, dixieron entre sí: “Poco pan tenemos,
e este nuestro compañero es grand comedor; por ende
es necessario que pensemos cómo sin él comamos
esto poco de pan; e pastado el pan e puesto a cozer, los mercaderes,
buscando manera para engañar al rústico, dixieron:
“Durmamos todos, e aquel que viere más marabilloso
sueño entre todos tres, coma el pan. Concertada e consentida
esta composición entre ellos, echáronse a dormir.
El aldeano, entendiendo el engaño de los compañeros,
sacó el pan medio cocho e assí lo comió
solo, e tornó a dormir; dende a poco el vno de los
mercaderes, como espantado de vn marabilloso sueño,
se començó leuantar, al qual preguntó
el compañero: “¿Por qué te espantas?”.
Responde él: “Soy espantado e pauorescido por
vn marabilloso sueño; parescíame que dos ángeles
abriendo las puertas del cielo, me leuauan ante el trono del
Señor Dios”. Con grand gozo dízele el
compañero: “Marabilloso sueño es ese.
Mas yo he visto otro más marabilloso, porque yo vi
dos ángeles que me leuauan por tierra firme al infierno”.
El aldeano oyendo todo esto fazía que dormía.
Mas los cibdadanos queriendo acabar su engaño, despertáronlo,
e el rústico arteramente como espantado respondió:
“¿Quales son éstos que me llaman?”
Ellos le dizen: “Tus compañeros somos”.
Él les pregunta: “¿Cómo vos boluistes?”
Responden: “Nunca nos partimos de aquí; ¿cómo
fablas de nuestra tornada?” Dixo el rústico:
“Parescióme que dos ángeles abriendo las
puertas del cielo, leuaron al vno de vosotros ante el Señor
Dios, e al otro rastrando por la tierra al infierno. E pensé
que nunca acá boluiéssedes, como fasta aquí
non he oydo que alguno aya tornado del paraíso ni del
infierno; assí me leuanté e comí el pan
solo.
Muestra esta fábula que a las vezes pensando de engañar
a otro ignorante del tal es él mesmo engañado.
Fábulas de Esopo.Facsímil
de la 1ª edición de 1489. R.A.E. 1929