MASTER EN LITERATURA COMPARADA EUROPEA
El cuento europeo y España
01.- Pedro Alfonso, el primer español autor de cuentos "europeo".
01.- LIBRO DE LOS ENXEMPLOS (Traducción de La Disciplina) CCXXXV.-Mulierum malitiam nemo adiscere potest. La malicia de las mujeres non la podría
aprender Dijo el maestro: —Un mancebo fue que toda su
entención e su seso e su tiempo expendió de saber encubiertamente
el arte de la mujer, e esto fecho, hobo de casar. Empero primeramente
hobo consejo con el mayor sabidor de toda la comarca en qué manera
guardaríe la mujer con que habíe casar. E el sabio diole
por consejo que feciese una casa alta de paredes
de piedra e pusiese dentro la mujer, e le diese asaz de comer
e vestir honradamente, e que feciese solamente en la casa una
puerta e non más, e una finiestra por donde mirase, e
la casa fuese tan alta que ninguno podiese
entrar nin salir sinon por la puerta. E el mancebo casó e fizo
todo lo que le consejara el sabio. E cuando salíe de casa cerraba
bien la puerta, e cuando entraba eso mismo, e cuando dormíe
ascondíe la llave de casa so su cabeza,
e esto duró luengo tiempo. E un día, yendo este mancebo
a mercado, la mujer sobió a la finiestra commo solíe a
mirar los que iban e venían. E estando a la feniestra vio pasar
un mancebo de buen cuerpo e fermoso, e encendióse en su amor
dél, e trató commo podríe estar con él,
e díjole que cada noche veniese a un logar ende cerca. E ella
pensó por su malicia cómmo furtarle las llaves a su marido
mientra dormiese, e cada noche acostumbraba dar vino al marido por lo
embriagar, porque más seguramente podiese ir al amigo a complir
su maldat. El marido, commo había aprendido
las maldades de las mujeres, comenzó pensar que alguna cosa quería
facer su mujer que le daba toda noche a beber. E una noche fingióse
ser embriago, e la mujer, pensando que era así, levantóse
en camisa, e fue a la puerta, e abrióla,
e salió al amigo. El marido levantóse mansamente, e fue
a la puerta, e cerróla, e subióse a la feniestra,
fasta que vio tornar a la mujer en camisa, e llamó a la puerta.
E él,commo quien non sabíe cosa alguna, preguntó
quien era. E ella demandó perdón de su culpa, e prometió
que nunca jamás tal cosa faríe, e non le aprovechó;
ante el marido con sanna dijo nunca la dejaríe entrar fasta que
la demostrase a sus parientes; mas ella, llamando mucho más,
dijo que si non le abriese la puerta, que se lanzaríe en un pozo
que estaba cerca de su casa, e así moriríe, e él
había de dar cuenta a sus parientes de su muerte. Él,
non curando de sus amenazas, non la dejó entrar; la mujer, llena
de maldat, tomó una grand piedra, e lanzóla en el pozo,
e ella ascondióse tras el pozo. El marido, cuando oyó
el golpe de la piedra en el pozo, pensó que su mujer se habíe
lanzado dentro, e salió apriesa, e fue al pozo pensando que era
verdat que había caído en él. La mujer, de que
vio la puerta abierta, fue luego ante que
el marido, e entró en casa, e cerró
la puerta, e subióse a la ventana. Él, viéndose
engannado, dijo:
—¡Oh mujer engannosa e llena de arte del diablo! déjame entrar, e yo te perdonaré el mal que me has fecho. Ella, maltrayéndole con juramento, dijo que non le dejaríe entrar, diciendo: —¡Oh
engannador malo! yo mostraré tu maldat e quién tú
eres a tus parientes, que cada noche te levantas furtiblemente, e vas
al burdel do están las putas.
E llamó otro día a los parientes e díjogelo así. E ellos creyéndolo, reprehendiéronlo mucho. E así ella con su maldat, el pecado que ella habíe fecho retorciólo sobre su marido, e así poco aprovechó la grand guarda de la mujer.
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