Literatura Española del Siglo XVII

09.- Teatro barroco

 

05.- Representación.

5.9.- Público

La algazara de los teatros llamó la atención a los comentaristas, tanto nacionales como extranjeros (de éstos podrás leer algún testimonio más adelante). Abajo tienes algunos detalles curiosos:

LOS MOSQUETEROS

En el teatro no se distingue el relámpago del rayo. No son los ciudadanos más ilustres, ni los maestros de las artes más nobles, los que rigen su rienda con aplauso, sino los sastres, los zapateros, los cocheros, los letrados y otros semejantes. Ellos, aun sin letras, son el juez, y por el ruido que meten, se llaman los Mosqueteros.

P. José Alcázar: Ortografía castellana, 1650

De bote en bote el Corral
se vido ayer a las dos;
¿bote y en corral?, Por Dios,
que aquesto me huele mal.
¿Hubo versos...?, tal y cual;
¿copla?..., ni grande ni chica;
¿silbos?..., dos horas y media.
¡Con que tuvo la comedia
de todo, como en botica!

Pérez de Montalbán: Epigrama contra un autor

LA CAZUELA

27 DE FEBRERO DE 1656

Su Majestad ha mandado que no vayan a la comedia sino mujeres sin guardainfantes, porque quepan más, y se dice la quiere ver con la Reina en las celosías, y que tiene algunas ratoneras con más de cien ratones cebados en ellas para soltarlos en lo mejor de la fiesta, que si sucede será mucho de ver y entretenimiento [...]

En 14 de septiembre los Reyes se entretienen en el Buen Retiro, oyendo las comedias en el Coliseo, donde la Reina nuestra señora, mostrando gusto de oírlas silbar, se ha ido haciendo con todas, buenas y malas, esta misma diligencia. Asimismo, para que viese todo lo que pasa en los corrales en la cazuela de las mujeres, se ha representado bien a lo vivo mesándose y arañándose unas, dándose vaya otras y mofándose los mosqueteros. Han echado entre ellas ratones en cajas, que, abiertas, saltaban; y ayudado este alboroto de silbatos, chiflos y castraderas se hace espectáculo más de gusto que de decencia [...]

Jerónimo de Barrionuevo: Avisos

ORDENANZA DE LOS CORRALES

[...] No dejar penetrar en la cazuela a los hombres, ni que hablaran con las mujeres desde las gradas, ni entrar en los pasillos que conducen a las localidades femeninas.
No fumar cigarros de tabaco, ni llegar en coche hasta la puerta del Corral.
Y los aguadores y fruteros que entren a vender necesitarán examen de catecismo por el cura párroco. [...]