5.9.- Público
La algazara de los teatros llamó
la atención a los comentaristas, tanto nacionales como extranjeros
(de éstos podrás leer algún testimonio más
adelante). Abajo tienes algunos detalles curiosos:
LOS MOSQUETEROS
En el teatro no se distingue el
relámpago del rayo. No son los ciudadanos más ilustres,
ni los maestros de las artes más nobles, los que rigen su
rienda con aplauso, sino los sastres, los zapateros, los cocheros,
los letrados y otros semejantes. Ellos, aun sin letras, son el juez,
y por el ruido que meten, se llaman los Mosqueteros.
De bote en bote el Corral
se vido ayer a las dos;
¿bote y en corral?, Por Dios,
que aquesto me huele mal.
¿Hubo versos...?, tal y cual;
¿copla?..., ni grande ni chica;
¿silbos?..., dos horas y media.
¡Con que tuvo la comedia
de todo, como en botica!
Pérez de Montalbán:
Epigrama contra un autor
LA CAZUELA
27 DE FEBRERO DE 1656
Su Majestad ha mandado que no vayan a la comedia sino mujeres sin
guardainfantes, porque quepan más, y se dice la quiere ver
con la Reina en las celosías, y que tiene algunas ratoneras
con más de cien ratones cebados en ellas para soltarlos en
lo mejor de la fiesta, que si sucede será mucho de ver y
entretenimiento [...]
En 14 de septiembre los Reyes se
entretienen en el Buen Retiro, oyendo las comedias en el Coliseo,
donde la Reina nuestra señora, mostrando gusto de oírlas
silbar, se ha ido haciendo con todas, buenas y malas, esta misma
diligencia. Asimismo, para que viese todo lo que pasa en los corrales
en la cazuela de las mujeres, se ha representado bien a lo vivo
mesándose y arañándose unas, dándose
vaya otras y mofándose los mosqueteros. Han echado entre
ellas ratones en cajas, que, abiertas, saltaban; y ayudado este
alboroto de silbatos, chiflos y castraderas se hace espectáculo
más de gusto que de decencia [...]
Jerónimo de Barrionuevo: Avisos
ORDENANZA DE LOS CORRALES
[...] No dejar penetrar en la cazuela
a los hombres, ni que hablaran con las mujeres desde las gradas,
ni entrar en los pasillos que conducen a las localidades femeninas.
No fumar cigarros de tabaco, ni llegar en coche hasta la puerta
del Corral.
Y los aguadores y fruteros que entren a vender necesitarán
examen de catecismo por el cura párroco. [...]