4.4.- La escandalosa Zarabanda y los bailes en la
comedia (otra polémica apasionada)
Actor bailando la zarabanda en la ópera de
París, grabado (1636-1718)
Este baile de la Zarabanda, como
es malo, es muy antiguo en el mundo; porque, aunque este nombre sea
moderno, tomado de un demonio de mujer, que dicen que en Sevilla le
dio o resucitó este deshonesto principio, aunque otros le hacen
cosa venida de las Indias; pero los meneos que en él se hacen
y con efecto lo que es este baile me parece que lo había en
Roma en tiempos de Horacio, y aun entonces era ya antiguo, venido
a Italia de Jonia, provincia fértil de Asia Menor; porque este
gran filósofo y poeta, reprendiendo los vicios de Roma, se
queja de que aprendan las mujeres mozas los bailes torpes que habían
venido de Jonia, los cuales eran, como él mismo declara, haciendo
posturas lujuriosas e incitando con un meneo de piernas a torpezas
grandes... En los cuales vemos entendidos, como los intérpretes
de Horacio los entienden, se nos pinta una deshonesta Zarabanda, y
es harta confusión nuestra que, con haber sido Roma en aquel
tiempo la nodriza de los vicios, se contase por uno de ellos, y que
entre cristianos esté ahora la virtud tan debilitada, que se
tenga por entretenimiento cosa tan perniciosa y pestilencial, y que
apenas sepa la niña tenerse en pie cuando ya la enseñan
una mudancilla de Zarabanda, que se tiene por falta no saberla poco
o mucho bailar; y así digo que ni en
el teatro se consienta bailar la Zarabanda ni cosa que fuera deshonesta,
ni fuera dél se consienta que se aprenda y ejercite,
porque es una cosa ocasionadísima para que se cometan grandes
pecados, pues ha de ser más que de hielo el hombre que no se
abrase de lujuria viendo una mujer desenfadada
y desenvuelta, y algunas veces para este efecto vestida
de hombre, haciendo cosas que moverán a un muerto...
Entre otros ha salido estos años
un baile o cantar, tan lascivo en las palabras, tan feo en los meneos,
que basta para pegar fuego a las personas muy honestas. Llámanle
comúnmente Zarabanda, y donde que se dan diferentes causas
y derivaciones deste nombre, ninguna se tiene por averiguada y cierta.
Lo que se sabe es que se ha inventado en España [...]
P. Juan de Mariana: Liber de Spectaculis,
cap. XII
La mujer que baila la Zarabanda viene
con el cuerpo a una parte y a otra, y va rodeando el teatro o lugar
donde baile, poniendo así en condición a los que la
miran de imitar sus movimientos y salir a bailar [...]
Sebastián de Covarrubias: Tesoro
de la lengua castellana (1611)
Lo que más puede notarse y
censurarse en las comedias son los bailes y músicas deshonestas,
así de mujeres como de hombres: que de esto esta villa se confiesa
escandalizada
Memorial de la Villa de Madrid a Felipe
II
Los bailes no se han de quitar honestamente,
que es la salsa de las comedias y nada valen sin ellos [...]
BALTASAR RUIZ: Contrato de arrendamiento.
Hospital General
MATEO LUJÁN DE SAYAVEDRA:
Segunda parte de la vida del pícaro Guzmán de Alfarache
(1602)
Libro 3º, cap. VII
Es la verdad que cierta manera de
representantes son viles y bajos y muy infames; es a saber: los que,
como ahora los zarabandistas, con movimientos torpes y deshonestos
incitaban e incitan a torpeza y deshonestidad, a los cuales los latinos
llamaban histriones y de los cuales se dice estar prohibidos de recebir
el Santísimo Sacramento. Mas los representantes, que los latinos
dijeron entonces como los trágicos y cómicos, no sé
yo porqué han de ser tenidos por infames.
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La zarabanda, con una melodía
mucho más reposada, pasó a la música clásica
con autores barrocos como Purcell (1659-1695), Haendel (1685-1759)
y Bach (1685-1750), se bailaba en las primeras óperas, y fue
cultivada por muchos compositores hasta fechas muy actuales, como
por ejemplo en el 3º movimiento de la Sinfonía Simple
(1933) que Benjamín Britten compuso a los 20 años.
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