DIGRESIONES PERSONALES Y
FAMILIARES
Caerá vuestra merced fácilmente en este traje, que,
si no me engaño, la vi en él un día tan descuidada
como Laura, pero no menos hermosa. Ya con esto voy seguro que no
le desagrade a vuestra merced la novela porque (...) no hay lisonja
para las mujeres como llamarlas hermosas; bien es verdad que en
las que lo son, es menos; pero si no se les dijese, y muchas veces,
pensarían que no lo son, y deberían más al
espejo que a nuestra cortesía. (La prudente venganza,
pág. 109)
(Alianza, 1968)
Marcial, un poeta
latino, por quien a vuestra merced le está mejor no saber
su lengua (Las fortunas de Diana, pág. 80)
Y así, cuando vuestra merced oiga decir a alguno, cosa que
no le puede suceder, pero por si le sucede, que la quiere más
que a sí, dígale que Aristóteles no lo sintió
de esa suerte; y que a vuestra merced le consta que ese filósofo
era más hombre de bien que Plinio y que trataba más
verdad en sus cosas. (La desdicha por la honra, pág.
83)
LENGUA
Le quiero preguntar a vuestra merced si acaso lo sabe, pues es persona
que conoce a Cicerón, a Ovidio y a otros sabios, y se puede
hablar con vuestra merced en materia de definiciones y etimologías,
¿por qué dijo el castellano mojicón?,
que a mí me ha costado algún estudio, como a hombre
que no se ha despreciado de su lengua, que bien sé yo que
un culto le llamará "afirmación de puño
clauso en faz oposita con irascible supervia”. (Guzmán
el Bravo, pág. 164)
Creo que aquí
vuestra merced me maldice, pues... no habría necesidad de
hablar tan bajamente la lengua toscana. Pues no tiene razón
vuestra merced, que esta lengua es muy dulce y copiosa y digna de
toda estimación... Pero yo le doy palabra a vuestra merced
de que pocas veces suceda, si no es que se me olvida, porque soy
flaco de memoria. (El desdichado por la honra, pág.
80).
esta voz ["afratelarse"],
señora Marcia, es italiana; no se altere vuestra merced,
que ya hay quien dice que están bien en nuestra lengua cuantas
peregrinidades tiene el universo, de suerte que aunque venga huyendo
una oración bárbara de la griega, latina, francesa
o garmanta, se puede acoger a nuestro idioma, que se ha hecho casa
de embajador, valiéndose de que no se ha de hablar común,
porque es vulgar bajeza. (Guzmán el Bravo, pág.
147)
NOVELA
Prometo a vuestra merced —dice al comienzo de La
más prudente venganza— que me obliga a escribir
en materia que no sé cómo pueda acertar a servirla,
que, como cada escritor tiene su genio particular, a que se aplica,
el mío no debe ser éste, aunque
a muchos se lo parezca. (pág. 107)
Paréceme
que vuestra merced se prometa con esta prevención la bajeza
del estilo y la copia de cosas fuera de propósito que le
esperan; pues hágala a su paciencia desde agora, que en este
género de escritura ha de haber una oficina de cuanto se
viniere a la pluma sin disgusto de los oídos,
aunque lo sea de los preceptos. Porque ya
de cosas altas, ya de humildes, ya de episodios y paréntesis,
ya de historia, ya de fábulas,
ya de reprehensiones y ejemplos, ya de versos
y lugares de autores pienso valerme, para
que ni sea tan grave el estilo que canse a los que no saben, ni
tan desusado de algún arte que le remitan al polvo los que
entienden. Demás que yo he pensado que tienen
las novelas los mismos preceptos que las comedias, cuyo fin es haber
dado su autor contento y gusto al pueblo aunque se ahorque el arte;
y esto, aunque va dicho al descuido, fue opinión
de Aristóteles. (El desdichado por la honra,
pág. 74)
Mal he hecho en
confesar que escribo historia de tiempos presentes,
que dicen que es peligro notable, porque en habiendo quien conozca
alguno de los contenidos, ha de ser el autor vituperado, por buena
intención que tenga. (El desdichado por la honra,
pág. 75)
NOVELA ABIERTA Y NARRADOR
OMNISCIENTE
Bien sabe vuestra
merced que siempre la suplico que, adonde le pareciere
que excedo de lo justo, quite y ponga lo que fuere servida.
Pesadas son estas armas, pero no por eso las ha de llevar el lector
a cuestas; y ésta no es historia, sino una
cierta mezcla de cosas que pudieron ser, aunque a mí me certificaron
que eran muy ciertas. (Guzmán el Bravo, pág.
153)
Realmente, señora
Marcia, que... me falta el aliento para proseguir lo que queda...
Pero... si a Laura no se le da nada del deshonor y del peligro,
¿para qué se fatiga el que solo tiene obligación
de contar lo que pasó? Que aunque parece
novela, debe ser historia. (La prudente venganza,
pág. 136)
Grandes dudas le
quedarán a vuestra merced del amor de Felicia y los desdenes
de Guzmán el Bravo, porque parece que... no fuera menos que
ingratitud no corresponder a su voluntad. Prometo
a vuestra merced que no lo sé, y que en esta parte
solo puedo decir que el trato ha juntado en amistad animales de
géneros diferentes, a despecho de la naturaleza, y que ningún
hombre debe fiarse de sí mismo. (Guzmán el Bravo,
pág. 172)
Paréceme
que dice vuestra merced que claro estaba eso, y que si había
hija en esa casa, se había de enamorar del disfrazado mozo.
Yo no sé que ello haya sido verdad, pero por cumplir con
la obligación del cuento, vuestra merced tenga paciencia...
(Las fortunas de Diana, pág. 52)
porque puso los
ojos... Aquí claro está que vuestra merced dice: "en
don Felis". Pues engañóse, que era más
lindo Mendocica [Mendocica es una dama travestida de criado]. (Guzmán
el Bravo, pág. 156)
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