Literatura Española del Siglo XVII

09.- Teatro barroco

12.- PEDRO CALDERÓN DE LA BARCA (1600-1681)

AUTO SACRAMENTAL LA VIDA ES SUEÑO (fragmento)

Escena V

El Príncipe de las Tinieblas y la Sombra, a un lado.- El Hombre, en la gruta, vestido de pieles, y la Luz de la Gracia, con un hacha en la mano / Descúbrese un peñasco, y El Hombre vestido de pieles, y la Gracia con un hacha. [Dos variantes de la misma acotación (Ed.1676, 1690)]

GRAC.- Hombre, imagen de tu Autor,
de esa enorme cárcel dura
rompe la prisión oscura
a la voz de tu Criador.
HOMB.- ¿Qué acento, qué resplandor
vi, si es esto ver; oí,
si es oír esto, que hasta aquí,
del no ser pasando al ser,
no sé más que no saber
qué soy, qué seré, o qué fui?
GRAC.- Sigue esta luz, y sabrás
de ella lo que fuiste y eres;
mas de ella saber no esperes
lo que adelante serás;
que esto tú solo podrás
hacer que sea malo o bueno.
HOMB.- De mil confusiones lleno
te sigo. ¡Oh, qué torpe el paso
primero doy!
LUZ.- No es acaso
que de libertad ajeno
nazca el hombre.

HOMB.- Pues ¿por qué,
si ese hermoso luminar
(que a un tiempo ver y cegar
hace) otra criatura fue,
apenas nacer se ve,
cuando con la majestad
de su hermosa claridad
azules campos corrió,
teniendo más alma yo
tengo menos libertad?

¿Por qué, si es que es ave aquella
que, ramillete de pluma,
va con ligereza suma
por esa campaña bella,
nace apenas, cuando en ella
con libre velocidad
discurre la variedad
del espacio en que nació,
teniendo más vida yo,
tengo menos libertad?

¿Por qué si es bruto el que a bellas
manchas salpica la piel
(gracias al docto pincel
que aun puso primor en ellas)
apenas nace y las huellas
estampa, cuando a pedad
de bruta capacidad,
uno y otro laberinto,
corre, yo, con más instinto
tengo menos libertad?

¿Por qué si es pez el que en frío
seno nace y vive en él,
siendo argentado bajel,
siendo escamado navío,
con alas que le dan brío
surca la vaga humedad
de tan grande inmensidad
como todo un elemento,
teniendo yo más aliento
tengo menos libertad?

¿Qué mucho, pues, si se ve
torpe el hombre en su creación,
que tropiece la razón
donde ha tropezado el pie?
¡Y pues hasta ahora no sé
quién soy, quién seré, quién fui
ni más de que vi y oí,
vuelva a sepultarme dentro
ese risco, en cuyo centro
se duela mi autor de mí!

SEGISMUNDO ¡Ay mísero de mí! ¡Y ay infelice!
Apurar, cielos, pretendo
ya que me tratáis así,
qué delito cometí 105
contra vosotros naciendo;
aunque si nací, ya entiendo
qué delito he cometido.
Bastante causa ha tenido
vuestra justicia y rigor; 110
pues el delito mayor
del hombre es haber nacido.
Sólo quisiera saber,
para apurar mis desvelos
(dejando a una parte, cielos, 115
el delito de nacer),
qué más os pude ofender,
para castigarme más.
¿No nacieron los demás?
Pues si los demás nacieron, 120
¿qué privilegios tuvieron
que yo no gocé jamás?
Nace el ave, y con las galas
que le dan belleza suma,
apenas es flor de pluma, 125
o ramillete con alas
cuando las etéreas salas
corta con velocidad,
negándose a la piedad
del nido que deja en calma: 130
¿y teniendo yo más alma,
tengo menos libertad?

Nace el bruto, y con la piel
que dibujan manchas bellas,
apenas signo es de estrellas, 135
gracias al docto pincel,
cuando, atrevido y crüel,
la humana necesidad
le enseña a tener crueldad,
monstruo de su laberinto: 140
¿y yo con mejor distinto
tengo menos libertad?

Nace el pez, que no respira,
aborto de ovas y lamas,
y apenas bajel de escamas 145
sobre las ondas se mira,
cuando a todas partes gira,
midiendo la inmensidad
de tanta capacidad
como le da el centro frío: 150
¿y yo con más albedrío
tengo menos libertad?

Nace el arroyo, culebra
que entre flores se desata,
y apenas, sierpe de plata, 155
entre las flores se quiebra,
cuando músico celebra
de las flores la piedad
que le dan la majestad
el campo abierto a su ida: 160
¿y teniendo yo más vida
tengo menos libertad?

En llegando a esta pasión
un volcán, un Etna hecho,
quisiera sacar del pecho 165
pedazos del corazón.
¿Qué ley, justicia o razón
negar a los hombres sabe
privilegio tan süave,
excepción tan principal, 170
que Dios le ha dado a un cristal,
a un pez, a un bruto y a un ave?


LUZ.- Sí, hará, y aunque te han dejado
a manera de dormido
tus sentidos sin sentido,
de mirarte a ti admirado,
de esa suerte transformado
irás tras mi luz al real
palacio, donde leal
aplauso todos te den.
MÚSIC.- [Dentro]
¡Ven, hombre, ven!
LUZ.- Y pues en ventura igual
la Gracia te lleva a que sepas del bien,
no apagues su luz, y sepas del mal.
MUSIC.- Y pues en ventura igual, etc.

Escena VI
El Ppe de las Tinieblas, la Sombra (Bibl. Aut. Esp. 1865. Ed. Eduardo Glez Pedroso)