Literatura Española del Siglo XVII

LAZARILLO DE TORMES

TRATADO TERCERO.- cómo Lázaro se asentó con un escudero, y de lo que le acaeció con él.

Andando así discurriendo de puerta en puerta, con harto poco remedio, porque ya la caridad se subió al cielo, topóme Dios con un escudero que iba por la calle, con razonable vestido, bien peinado, su paso y compás en orden. [...]
La mañana venida, levantámonos, y comienza a limpiar y sacudir sus calzas y jubón y sayo y capa; y yo que le servía de pelillo. Y vísteseme muy a su placer, despacio. Echele aguamanos y puso su espada en el talabarte [...] Y con un paso sosegado y el cuerpo derecho, haciendo con él y con la cabeza muy gentiles meneos, echado el cabo de la capa sobre el hombro y a veces so el brazo, y poniendo la mano derecha en el costado, salió por la puerta [...]
Y súbese por la calle arriba con tan gentil semblante y continente, que quien no le conociera pensara ser muy cercano pariente al conde Claros, o, a lo menos, camarero que le daba de vestir.