Literatura Española del Siglo XVII

Rinconete y Cortadillo (1613)


Llegose en esto la sazón y punto en que baxó el señor Monipodio, tan esperado como bien visto de toda aquella virtuosa compañia. Parecia de edad de quarenta y cinco a quarenta y seys años, alto de cuerpo, moreno de rostro, cezijunto, barbinegro y muy espeso; los ojos hundidos. Venia en camisa, y por la abertura de delante descubria vn bosque, tanto era el vello que tenia en el pecho. Traia cubierta vna capa de vayeta casi hasta los pies, en los quales traia vnos çapatos enchancletados. Cubrianle las piernas vnos çaraguelles de lienço anchos, y largos hasta los tobillos; el sombrero era de los de la hampa, campanudo de copa y tendido de falda; atrauesauale vn tahali por espalda y pechos, a do colgaua vna espada ancha y corta, a modo de las del perrillo; las manos eran cortas, pelosas, y los dedos gordos, y las vñas hembras y remachadas; las piernas no se le parecian, pero los pies eran descomunales, de anchos y juanetudos. En efeto, él representaua el más rústico y disforme bárbaro del mundo.

Este texto es posterior al Guzmán (1599), pero tiene una versión anterior, el manuscrito de Porras de la Cámara, que pudiera ser anterior

Manuscrito de Porras de la Cámara
Novela de Rinconete y Cortadillo, famosos ladrones que hubo en Sevilla, la cual pasó así en el año de 1569


Baxó en este punto Monipodio. El qual era un hombre de hasta quarenta años, alto de cuerpo, barbispeso, hundidos los ojos y cejijunto. Venía en camisa, con unos zaragüelles anchos, muy blancos, y deshilados con pita, que llegaban hasta los tubillos, sin cuello en la camisa y cubierto con una gran capa de bayeta y un sombrero de viudo, y ceñida una espada muy ancha. Era muy moreno de rostro, y por la abertura de la camisa se le descubría en el pecho un bosque, tanta era la espesura del bello que tenía en él; las manos eran cortas, carnudas y pelosas; los dedos, anchos; chatas [las uñas] y algo torcidas hacia dentro; las piernas no se le parescían, pero los pies eran disformes de grandes, anchos y juanetudos; en efecto, representaba un rústico y disforme bárbaro.